Se
aproxima la estación del verano y nos acercamos al final de los
primeros encuentros de
nuestro espacio “Cultivando la sonrisa”. Los dos últimos
viernes, que nos hemos reunido, hablamos de la importancia de la
respiración, de la respiración sonriente y de los seis sonidos
sanadores.
Antes
de recordar algunos aspectos de estas prácticas debemos dar las
gracias a Helena por habernos facilitado su aula en “Eco
compartimos”. Estos encuentros y prácticas los
hemos acompañado con una taza de té. Todo alrededor de una mesa
camilla. Han sido unos momentos muy entrañables pues se han
incorporado nuevos “amig@s”.
El
año pasado, al comenzar la publicación de mi blog, veréis que hay
tres artículos dedicados a la respiración. En las dos ultimas
sesiones hemos dado un paso adelante al realizar los ejercicios de
las respiración sonriente y de los seis sonidos sanadores.
Mi
acercamiento a la respiración , a tomar conciencia de su importancia
y como afectaba a mi vida cotidiana lo inicié
a través de las primeras clases de yoga. Después fue mas evidente
mi conciencia al iniciar mis practicas de taichi y Chi kung con mi
maestro Marco Villagra. Todo continua, hasta el momento presente,
siguiendo su estudio a través de la lecturas de las publicaciones
que encuentro sobre ello. Destaco, sobre todas ellas, las obras del
maestro Mantak Chia.. Así me he atrevido hacer los primeros apuntes
en mi blog y ahora trasmitir estas ideas y prácticas.
La
respiración está íntimamente ligada con nuestra energía y con
todos los aspectos de nuestro ser: la salud de nuestros tejidos,
órganos, huesos, músculos, hormonas y sangre; la calidad y amplitud
de nuestros pensamientos, actitudes, emociones y conciencia. En las
montañas, los lagos, los ríos, los bosques es donde abundan los
iones negativos. La presencia de estos iones en los pulmones favorece
el paso del oxigeno y la eliminación del dióxido de carbono.
La
tradición taoísta es una forma de vida y ofrece uno de los enfoques
más prácticos y clarificadores sobre el uso de la respiración
para conservar la salud y el bienestar. Se debe poner conciencia. Es,
por tanto, cuestión de como lo hacemos. Es la fuente de nuestro ser
y bienestar.
“Los
sabios taoístas dicen que cuando sonríes tus órganos segregan una
sustancia parecida a la miel que nutre la totalidad del organismo”.
“Sonreír
a tus órganos les hace expandir, tornarse más blandos y húmedos y
en consecuencia mas eficientes”.
Una
sonrisa tiene una influencia casi inmediata sobre la totalidad del
organismo: abre y relaja nuestra cara, lo que favorece la apertura y
la relajación de todo el cuerpo de las emociones y actitudes de la
persona. Ayuda a promover una apropiada circulación de sangre y
energía dentro del organismo. Permite que el cerebro y el sistema
nervioso se coordine mejor con las vísceras y las regulen de forma
eficaz.
Si
la respiración espaciosa es una especie de ola que trasporta la
energía de la sonrisa hacia todos los órganos. La sonrisa interior
es como un rayo de energía de sensación y percepción que guía la
respiración espaciosa hacia zonas muy profundas del organismo. La
sonrisa interior se combina con una respiración profunda y espaciosa
y se convierte en la respiración sonriente.
La
respiración sonriente es una práctica fundamental tanto de
autoconciencia como de auto sanación. Un campo energético
relajante y sensitivo ayuda ante las tensiones, actitudes y hábitos
poco saludables. Ayuda a desintoxicar, energizar y regular los
distintos órganos y tejidos del cuerpo. Fortalece el sistema
inmunológico,
modifica la forma de sentirnos y percibirnos a nosotros
mismos.
Cuando
somos capaces de respirar a través de todo nuestro cuerpo, sintiendo
nuestra verticalidad de la cabeza a los pies, estamos armonizando con
el fluido natural de energía que conecta el cielo con la tierra.
Para
el taoísmo, la respiración natural nos ayuda a abrirnos a las
vastas escalas del cielo y la tierra, a la alquimia cósmica que
tiene lugar cuando se produce las interacción entre las radiaciones
del sol y las sustancias terrenales que generan las energías de la
vida. Esta respiración permite absorber y transformar esas energías.
Incluye todo el cuerpo y está afectada por las ondas respiratorias.
En
el organismo humano se manifiestan tres sustancias o energías
diferentes: “Los tres tesoros”: Ching que es la esencia sexual,
Chi que es las vitalidad o fuerza vital y el Shen que representa al
espíritu. Las fuentes que las suministran son: Nuestros padres y
ancestros, la herencia: los alimentos que consumimos y el aire que
respiramos. Las recibimos directamente de la tierra, la naturaleza y
las estrellas a través de las plantas de nuestros pies, la piel, las
palmas de las manos, la parte superior de la cabeza y otros centros
de energía del cuerpo.
Hay
tres espacios respiratorios: Inferior que va desde el ombligo hacia
abajo; el medio que abarca desde el ombligo hasta el diafragma y el
superior que va desde el diafragma hasta la cabeza.
Las
seis exhalaciones sanadoras o los seis sonidos sanadores consisten
en utilizar el poder del sonido para ayudar a sanar los órganos del
cuerpo y transformar las emociones negativas asociadas a ellos.
Los
sonidos están relacionados con los principales sistemas orgánicos
del cuerpo y con los canales energéticos. Las frecuencias de estos
sonidos pueden ayudar a enfriar y desintoxicar nuestros órganos y
acelerar el proceso de sanación.
La
importancia ante la practica de estos ejercicios reside en
realizarlos con absoluta claridad. No debe de haber esfuerzo, ni
fatiga, ni sacrificio, ni preocupación por alcanzar un resultado que
no conoces pues solo te lo puedes imaginar. Se debe realizar a gusto
y no lo lograras si no conectas el tiempo necesario y descansa entre
ejercicio y ejercicio para percibir su influencia en ti.
Para
iniciar estas prácticas
nos sentamos en calma y tomamos conciencia de nuestro cuerpo, lo
percibimos e intentamos notar las tensiones y las emociones. A
continuación observamos y sentimos como todo nuestro cuerpo respira.
Comenzamos
por los ojos. Hacemos consciente que son los primeros que reciben las
señales emocionales y hacen que los órganos y las glándulas se
aceleran en momentos de estrés o peligro. Están conectados al
sistema nervioso autónomo que es el que regula la acción de los
órganos y las glándulas. Al relajar los ojos se logra relajar todo
el cuerpo y dejar en libertad la energía para experimentar la
actividad que se presenta. Busca una mayor percepción del momento,
de nosotros mismos, a través de la observación de nuestra
respiración.
Al
sonreír dentro de nuestro órgano dejamos que fluya hacia abajo,
como si corriera el agua a través de nuestra boca, la mandíbula por
el cuello percibiendo como se abre y cierra el timo.
Llevamos
nuestro respiración sonriente hacia el corazón y sentimos como se
relaja, continuamos hacia los pulmones y sentimos como se expanden y
contraen; seguimos hacia el hígado y al sonreír deshacemos
cualquier tensión que percibamos. Pasamos nuestra respiración
sonriente hacia el bazo y el páncreas para después incluir los
riñones y comprobar su contracción y expansión. Siguiendo el
camino descendente llegaremos a llevar la sonrisa hacia la vejiga y
los órganos sexuales sintiendo como la parte inferior del abdomen se
abre para llenarse de energía. Ahora es el momento de incluir al
aparato digestivo. Para ello acumulamos saliva y al tragarla
percibimos nuestra respiración sonriente en todo el aparato
digestivo. Al llevar la Respiración sonriente hacia el cerebro y la
espina dorsal comprueba que estas sonriendo. Vuelve a percibir los
ojos y que se relajan. Ahora ha llegado el momento de lanzar nuestra
respiración hacia la glándula pituitaria, el hipotálamo y otras
partes del cerebro. Deja que tu sonrisa entre en tu cerebro, que se
expanda por toda tu cabeza. Ahora continua dejando que la sonrisa
fluya hacia abajo por toda la espina dorsal, vertebra a vertebra y
llegue hasta el hueso caudal.
El
comienzo para el ejercicio de los sonidos es el mismo que el
anterior. Las frecuencias de estos sonidos pueden ayudar a enfriar y
desintoxicar nuestros órganos y acelerar el proceso de sanación.
El
primer sonido es como un silbido y se representa con “SSSSS”. Pon
tu intención sobre los pulmones y el colon para actuar sobre ellos.
A nivel emocional intentan deshacer dolor y tristeza. El segundo
sonido es similar a soplar una vela de forma muy suave.
“Fuuuu”.Enfoca tu intención en el riñón y la vejiga. Presta
atención a tus oídos. Ante situaciones de carácter emocional que
sientas de miedo trabaja para su desaparición de tu mente. El tercer
sonido es como cuando se quiere indicar que se debe guardar silencio.
“Shhhh”. Sitúate sobre el hígado y la vesícula biliar. Presta
atención a tus ojos. El cuarto sonido es representado por “Jaaaa”.
Actúa sobre el corazón y el intestino delgado y está relacionado
con la lengua. Por lo tanto sobre esos órganos es sobre los e hay
que poner conciencia e intención. Entre otros estados anímicos,
como la flor de la impaciencia, actúa sobre ello. El quinto sonido
es gutural y sale de la parte posterior de la garganta. Se representa
como “Juuuu”. Actúa sobre el bazo y el estómago. Con su
practica mejoran actitudes emocionales de preocupación y ansiedad.
Por último el sonido “Jiiii” como silbando con los dientes entre
cerrados. Actúa sobre los tres espacios respiratorios. Se logra
armonizar la totalidad del flujo energético en el cuerpo.
Según
los conoces puedes darte cuenta que en ocasiones tenemos costumbre de
hacer sonidos en situaciones que tenemos por muy cotidianas y que nos
recuerdan a estos sonidos.
Al
finalizar cualquier ejercicio se debe recolectar y ayudar a absorber
la energía. Para ello exhala por la boca y percibe su calidez y
energía. Lleva la sensación agradable que percibes a todos los
órganos, tejidos y huesos. Siente como es absorbida por tus órganos
y como las toxinas y tensiones salen al exterior. Siente como tu
bienestar se incrementa.
Recuerda
que el propósito de la respiración sonriente tiene por finalidad
ayudarte a contactar conscientemente con tu ser físico, emocional y
ayudarte a desechar y liberar la negatividad y tensiones
innecesarias que te bloquean. Utilizar el poder del sonido es para
ayudar a sanar los órganos del cuerpo y transformar las emociones
negativas asociadas a ellos.
Es
necesario realizar las prácticas con constancia e intención, lo
cual requiere dedicarle tiempo pues permitirá manejar situaciones de
estrés y conflictos de la vida diaria y así obtener buenos
resultados.
“Voy
a soltar 500 risas y luego voy a soltar 500
más para ver el lado positivo detrás de cualquier adversidad”.