El pasado día 12 volvimos a encontrarnos en el
espacio “cultivando la sonrisa”. En esta ocasión realizamos la
pintura de un mándala.
Todos conocemos los beneficios que aportan
expresiones artísticas como la música, la danza, la pintura, la
poesía.
Se han encontrado la utilización de mándalas en
culturas muy diferentes: en aborígenes australianos, en las culturas
azteca e inca, en la India y los monjes budistas que aún hoy día
siguen realizándolas a través de diferentes técnicas. En nuestra
cultura sobre salen en los rosetones de las catedrales. Estos, además
de contribuir a la iluminación del interior de las catedrales,
poseen una fuerte carga simbólica mariana y se asocia al mándala de
la India, a la flor de oro de los taoístas o a las rosas concebidas
por los persas como fuente de contemplación.
Con este ejercicio logramos generar armonía, paz y
equilibrio interior, desarrollar y aumentar nuestra paciencia y
liberarnos del estrés. Para estudiantes, por ejemplo, es aconsejable
por mejorar la concentración.
En este encuentro unimos la pintura y la música. Se
recogen los beneficios de explorar nuestra creatividad con la pintura
junto a un ejercicio de meditación realizado acompañados de música.
Mándala es una palabra sánscrita que significa circulo o
rueda. Fueron cuatro tipos de dibujos diferentes los elegidos que
representaban un árbol, el sol, flores de lis y una rueda.
Para realizar esta actividad se debe buscar un lugar
tranquilo y bien iluminado, evitando interrupciones. En el Centro Eco
Compartimos lo realizamos en el aula de pintura disponiendo de dos
horas para el encuentro. Comenzamos con unos ejercicios físicos para
relajar nuestro cuerpo en general y liberarnos de algunas tensiones.
Colocamos la hoja y las pinturas frente a cada uno y
nos acompañamos por la música del disco “The ambient experience”
interpretado por Hackmann&Tauls.
Mientras se pintaban las mándalas se leyó, el
siguiente texto que se le atribuye a Budha:
“No creas en algo simplemente porque hayas oído
sobre ello, no creas en algo sólo porque has oído un rumor o algún
comentario. No creas en algo porque lo hayas encontrado en un libro
religioso o sagrado, no creas en algo basado meramente en la
autoridad de un maestro o de un anciano. No creas en tradiciones
simplemente porque han pasado de boca en boca a través de las
generaciones. Sino luego de la observación y el análisis, cuando
encuentres algo que está de acuerdo con la razón, y su puesta en
práctica sea beneficiosa para uno y para todos; entonces acéptalo y
vive de acuerdo con ello.”
Todos los mándalas
que realizamos son perfectos. Al finalizar, lo observas en su
conjunto, prestas atención a los colores, a sus formas y contempla
la belleza y armonía creada.
Deseo que la experiencia que compartimos sirva para
seguir en nuestro camino de perfección recogiendo los beneficios de
armonía y paz que proporciona, entre otros.
Llevo algún tiempo usando las mándalas creadas por
Claudette Jacques y que están publicadas por ediciones Obelisco. Los
cuadernos para colorear llevan un gran diseño e incluye diversos
textos. Para ella el pensador, es decir, la mente, nos arrastra y
procura alejarnos del instante que vivimos. Ahora bien, si lo
observamos y somos conscientes de él y lo conocemos, pierde su
fuerza y su influencia sobre nosotros.
Con ello logramos acrecentar la presencia en
nosotros, viviendo nuestro momento presente y hacer presente la
felicidad.
Terminamos el encuentro junto a una buena
conversación y acompañados por un té. Nos despedimos ante la
llegada del verano y será un buen momento para observar los
beneficios que hemos recogido en nuestros encuentros y hasta
retomarlos al final del mes de septiembre.
“Voy a soltar
quinientas risas y luego voy a soltar quinientas más, para ver el
lado positivo detrás de cualquier adversidad”.
Lucía.
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