Entre Anjanas, flores, bosques y ríos se anda el camino.


Este Blog surge de la necesidad de ir desarrollando una serie de artículos útiles en relación con el proceso de Coach Personal.

Hace más de 24 años y gracias a una amiga inicié prácticas de Bonshai y de Yoga. Después comencé a practicar Tai chi – Chi Qung. ¡Maravilloso descubrimiento¡. Mi maestro en estas prácticas ha sido Marco Villagra. Sus enseñanazas, prácticas y cuidados me han proporcionado una gran ayuda. A partir de vivir diversas crisis y recibir,también, ayuda de la medicina y psicología tradicional, me acerqué a las terapias alternativas. Encontré un artículo sobre Impatiens, una de las Flores de E. Bach en una revista y tras una consulta con mi farmacéutica, seguí las pautas para la toma de esta flor. Fue tan positiva la experiencia que comencé a estudiarlo. Frecuento diversos foros donde sigo estudios sobre varios temas como: alimentación ecológica, macrobiótica, vegetariana…. En general sobre hábitos saludables que ayudan a la mejora de la vida cotidiana.

Entiendo que todo es ir sumando y poner empeño en afrontar las situaciones y aprender.

Soy practicante de madre, hija, hermana, de AMIGA, de Trabajadora social, de Tai-chi, Chi Qung, Terapia floral, Coach Personal, de Respiración Natural, de cuidados y desarrollo personal y lectora incansable.
Me siento muy victoriosa en mi proceso personal.


Es mi intención en este Blog, que a partir de mi preparación y experiencias, compartir como Coach Personal lo que he aprendido y que considero útil.


Escribiré de temas y prácticas que en algún momento me han servido y que valoro interesantes o al menos curios@s. Es un espacio donde compartir.

De alguna manera he iniciado todo esto con las personas mas cercanos a mi: amig@s y familia y en los diferentes espacios que comparto a diario, de ocio......

Reconozco que me apasiono e involucro con fuerza cuando descubro algo que considero interesante y así me deben ver los demás, pues mis amig@s y familia me obsequian con regalos como libros sobre Flores de Bach, alimentación, medicina china, Terapias alternativas, Chi Qung, respiración natural, feng shui, Coaching…En alguna ocasión me consultan.

Este Blog lleva mucho de agradecimiento a todas las personas que me acompañan y me he encontrado en mi camino, estén o no, sigamos junt@s o hayamos continuado por sendas diferentes. No sería yo sin ell@s.

"El que no sabe qué camino conduce al mar, debe tomar por compañero el río".


Lucía.


domingo, 16 de noviembre de 2014

!Maestras¡


No tener maestras es no tener a quien preguntar, y más hondamente, no tener ante quien preguntarse”.

María Zambrano.
 

Así es como comienza la agenda de las mujeres del año 2008 que fue dedicada a las maestras.

Mi primera maestra fue mi madre. Como no comencé el curso hasta pocos meses antes de cumplir los 6 años ella fue mi primera maestra. Me enseñó mis primeras letras, palabras y números. Al nacer a principios de 1961, me incorporé a mi primer curso cuando contaba con más de 5 años. Eso hacía que fuera la de mayor edad de la clase.

Mi primer colegio fue El Pilar, en Santander. Pero ya sabía leer, escribir y mostraba algunas habilidades con los números. En honor a la verdad, debería decir que mis primeras lecciones las recibí en la escuela en Villaverde de Pontones, para niñas. Se trataba de la escuela de las monjas del Convento de las Clarisas tenían en este pueblo. Ahora su actividad la tiene enfocada a la repostería. Recuerdo que era una escuela con un solo aula. Se accedía por el patio a la entrada del convento, por el lado derecho. Con el tiempo, se convirtieron en dos aulas. Al menos eso me parece recordar. Me sentaba en los bancos de los pequeños, en la filas más próximas a la pizarra. Según las edades y cursos así nos sentaban. Me llevaba una prima de mi madre, Pilar, - la llamamos Pili- que era mayor que yo y me cuidaba. Para llegar a su casa había que subir una loma muy pindia, pero a mi no me importaba. Recuerdo que me gustaba mucho estar con ella. Lo malo para ella es que si ocurría cualquier cosa que a los mayores no les gustaba se llevaba la bronca, los enfados y castigos. A mi solo me castigaba mi abuela Caridad. Pero para eso tenía que enterarse. En una ocasión me fui a ver a Pili y no dije nada. Mi abuela se asustó al faltar de casa. Cuando regrese recuerdo que me castigó poniéndome de rodillas en la cocina. Mi abuelo intento interceder por mi, pero no sirvió de nada. En las ocasiones que mi madre realizaba algún viaje con mi padre yo me quedaba con ellos en el pueblo.

El colegio del Pilar estaba muy cerca de la casa de Santander, solo había que cruzar la calle Sta. Lucía y bajar por la calle Moctezuma donde también estaba el periódico “El Diario Montañés”. Este colegio era de cuatro hermanas, maestras: Pilar, Rosario, Cristina e Isabel. He recurrido a mi madre para recordar sus nombres. Las aulas se distribuían en dos pisos de un edifico de viviendas. Recuerdo los mapas de España, el físico y político en las paredes, los pupitres de madera. En algún momento recuerdo que las mesas formaban pentágonos. Recuerdo a los hermanos Piris y siempre con su abuela. También coincidimos estudiando en el Instituto de la Albericia. En alguna ocasión y con el paso del tiempo he coincidido con alguno de ellos. No hará muchos años visitando Santillana del Mar encontré en el centro Otero una exposición de pintura de uno de ellos. Y recuerdo a otr@s compañer@s.

De ese colegio me cambiaron al Colegio de las Teresianas. Creo que me incorporé a quinto de EGB. Dejé de ver a diario a mis amigas: Margarita, Gema y Belén, las tres son hermanas. En eso coincidíamos pues tengo dos hermanas: Ana y Mar.

El Colegio de las Teresianas estaba, igual que ahora, en el paseo Menéndez Pelayo. Allí estudiaban mis primas: Margarita, Carmen y Renée. Pase a estudiar inglés y a practicar deportes. Tengo el recuerdo de que fue en ese colegio donde se pidió como material unas botas chirucas, mochila y chubasquero, para salir de excursión. Eso supuso mis primeros inicios como senderista. Aún sigo en esa práctica. Ahora suelo salir por la sierra de Madrid. Recuerdo a dos profesoras, en especial, Mª Ángeles y Paquita.

Mi primera y creo que última experiencia comiendo en el comedor escolar fue allí.

Mi madre siempre nos inculcó un valor destacado por el estudio. Y es un interés que mantengo hasta el día de hoy.

Estos son algunos recuerdos de mi niñez y mis maestras.

Y como decía María Zambrano "No tener maestra es como no tener ante quien preguntar". Esto me lleva a mi momento actual como coach y la importancia del crecimiento y conocimiento personal a través del método socrático. El preguntar debe entenderse como método de estudio, de formación y de crecimiento personal.

Que sirvan estas líneas como homenaje a mis maestras y de impulso al estudio y práctica del proceso de coaching que he iniciado.

Lucía.
 

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