El pasado sábado día 28
de febrero volvimos a encontrarnos en el salón de té Shiva.
Maribel, Gertru, Consoli, Maite, Víctor y yo. Charlamos sobre el
tema: “Mujer y alimentación”.
A la mujer se la otorga,
tradicionalmente, un papel fundamental con la alimentación en el
entorno familiar dándose la responsabilidad de la organización la
cocina, la adquisición de los alimentos, la elaboración de los
mismos y de ello se deriva la responsabilidad de los cuidados que
reciben los que forman la familia.
En el momento actual, no
es necesariamente la mujer la que lleva la voz cantante sobre la
alimentación. Son muchos los tipos de familia que actualmente
existen, así como, las condiciones sociales para que la alimentación
en la actualidad sea un tema de interés en general.
Por otro lado, la
alimentación es fundamental como habito saludable. Expresiones como:
“Somos lo que comemos”, “Que tu medicina sea tu comida”, “El
alimento es el combustible de cuerpo”...... nos lo confirma.
Cada cultura y continente
tiene sus particularidades y diferencias. Pero ahora un alimento del
continente asiático puede estar al alcance de cualquier ciudadano en
Europa. Mientras que existen zonas de nuestro planeta en que la falta
de alimentos es muy alarmante, con consecuencias catastróficas e
irreparables, existen otras zonas en las que la población sufrimos
de un grave estado de sobre peso y por ende otras enfermedades y
dificultades de salud.
A todo esto se puede
sumar la importancia que se da al aspecto físico, pudiendo ser
determinante tanto para acceder a un puesto laboral, como pertenecer a un
determinado grupo social, por poner algún ejemplo.
¿Estas pueden ser
algunas de las razones por las cuales en el momento actual está
siendo tan valorada la alimentación?. Son muchos los profesionales
dedicados a alimentación, a la salud, a la educación, que dedican
parte de su tiempo en trasmitir buenas pautas para la adquisición de
correctos hábitos alimenticios. Incluso existen
concursos y programas de televisión y dado el potencial que tiene
este medio de comunicación “!!Algo importante se cuece¡¡”.
Suele ocurrir que el
médico y/o la enfermera de familia, son los primeros en hacernos
poner atención en nuestros hábitos alimenticios según la
valoración que hagan de nuestra salud, sobre todo cuando surgen
déficit y aparecen enfermedades. Salimos de la consulta con un
listado de alimentos y pautas escritas. Después se programan pruebas
de control para seguir la evolución.
El reto surge en cómo
hacer el cambio. Hemos aprendido de nuestras madres, abuelas.... a
cocinar y alimentarnos. Pero ¿por dónde empezar? ¿Para qué?
Surgen las dificultades y nos sentimos inseguros. Ante esto nos
sentimos mal, muy presionados y pretendemos hacer cambios rápidos y
radicales. Pero a los pocos días abandonamos este impulso y seguimos
con las costumbres con las que estamos acostumbrados a vivir. ¿Y
cuando llegas a casa y le dices a tú pareja, hijos y demás familia
que ya no se puede seguir comiendo como se está haciendo? “El
grito en el cielo”. Los comentarios sobre los gustos de cada uno y
las descalificaciones hacia los profesionales son las reacciones más
comunes. Por todo lo anterior y algunas cosas más, el reto de
mejorar en la alimentación se asemeja una cuesta muy pindia.
Cualquier idea de apoyo, colaboración, motivación ni por asomo
aparece.
Y si la necesidad de
cambio es debido a procesos de selección para acceder, por ejemplo,
a un puesto de trabajo. A nivel social está mejor valorado cierto
aspecto físico y para lograrlo hay que someterse a un proceso rápido
y muy exigente.
Ante este panorama
aparece el estrés¡¡¡¡ Un invitado no muy deseable ante el nuevo
reto.
Las claves para mejorar
nuestros hábitos de alimentación estarán en consumir
preferentemente verduras, frutas y legumbres, la forma de guisarlo:
la cocción a vapor y el uso del horno. Y siempre elegir los
alimentos de temporada. Hay mucho escrito por muy buenos
profesionales de la nutrición. En estas líneas se recogen algunas
que me parecen básicas e importantes:
- No corras. Para lograrlo es muy importante hacerlo de forma progresiva. Incorporar los cambios poco a poco. La constancia puede resultar muy importante. Así se podrán observar y descubrir los beneficios y tendremos más posibilidades de éxito.
- Opta por lo más natural y casero. Reduce o elimina consumo de alimentos enlatados, congelados y precocinados. Frutas, verduras y legumbres son fundamentales. Pon atención en los alimentos de temporada.
- No hay alimentos prohibidos pero se aconseja reducir el consumo de carnes rojas, lácteos, verduras solanáceas como el tomate, pimiento, berenjena y patata.
- Ni que decir tiene en cuanto al consumo de alcohol, azucares, sal cruda.....
- Incorpora algunos alimentos de otras culturas como el tofu, seitan, algas. Y recupera costumbres tradicionales como es el consumo de frutos secos naturales sin tratar e hidratos de carbono en gran en vez de harinas.
- Recupera dulces naturales como la calabaza, zanahoria, manzanas al horno.....
- Acompáñalo con el consumo de agua entre horas, es muy importante.
Una formula que he
encontrado para la comida diaria es aquella que le dedica el 50% a
las verduras, el 30% a los cereales y el 20% a las proteínas.
Esto y otras pautas deben
de llevarse a cabo junto a un horario regular. Come despacio, pues
masticar mucho es fundamental. ¡El estómago no tiene dientes! Te
puedes planificar programando el menú según los alimentos de la
temporada. Así te garantizas que en el periodo de un año has
logrado en éxito y adquirido los hábitos adecuados.
No te agobies y busca
ayuda para lograr tu éxito ante el reto de mejorar tu salud a través
de la alimentación. Prioriza en ti, para que los beneficios lleguen
a tus seres queridos más cercanos.
Es un buen momento para
abandonar hábitos perjudiciales, como el consumo de tabaco.
Acompáñate andando y acércate a espacios naturales
donde te llegue el aire limpio.
Observa, tu cuerpo, tu
sueño, el aspecto de tu piel y si no te impacientas observarás una
grata trasformación en ti a nivel físico y emocional.
En estas líneas he
pretendido resumir la tertulia que mantuvimos y que como siempre fue
alrededor de una taza de té.
“El que no sabe
qué camino conduce al mar, debe tomar por compañero el río”.
Con mis mejores
deseos con el pensamiento, la palabra y el corazón.
Lucía.
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