“Y de repente, Teresa” es uno de los últimos libros en los que me he sumergido. Y, por supuesto, como no podía ser menos, encontré un mar lleno de tesoros.
Como se propuso su
autor: Jesús Sánchez Adalid, desde el principio, se trata de una
novela histórica pura: un relato de ficción insertado en un
escenario histórico que se percibe como real y un intenso trabajo de
investigación.
Hacia el final de
la novela escribe:
“Ella siempre
aconsejó a sus monjas que fueran lectoras de los buenos libros, que
“son alimentos para el alma como la comida lo es para el
cuerpo”....”
Mi madre siempre
me dijo que la mejor herencia que nos quería dar a sus hijas eran
los de estudios. Los libros abundaban en las estanterías de nuestra
casa. Su regalo a mi hija en el día de su comunión fue una edición
especial de Don Quijote de la Mancha.
Con estas líneas
espero trasmitir mi sensación y momento que vivo ante la lectura de
un libro. Y sin más dilación trascribo algunas de las frases que
por si las descubro como tesoros por lo que me hacen sentir. Espero
que sirvan para percibir grandes sensaciones, fuera del libro. Tal
vez, apetezca acercarse al libro del que salen. Si fuera así ¡ánimo
y a por la lectura de este libro!
“Daba gran
contento mirarla y oírla, porque era muy apacible y graciosa”.
“El mal para
Agustín…. es fruto de un apetito desordenado, es el resultado de
una elección hecha por la voluntad, por una voluntad libre. Y por
eso nunca debemos hacer a Dios responsable del mal.”
“¡Tú haz solo el bien y evitarás muchos males!”.
“Porque cierto
es que vivir no es fácil..... Porque con frecuencia es difícil el
camino, y se hace penoso y oscuro...”.
“.... En
cualquier cosa que hagamos, sea cual sea el estado que nos
corresponda en la vida, debemos hacer el bien y evitar el mal. No hay
otra manera de orientarse en el camino que supone vivir.....”
“El hombre ha de
inventar su camino.”
“ -Nunca
olvidemos, mi querido hijo, que toda acción humana tiende hacia un
fin, y hay un fin último hacia el que tienden todas las acciones
humanas, y ese fin último hacia el que tienen todas las acciones
humanas, y ese fin es lo que Aristóteles llama la felicidad. ¡Todos
buscamos la felicidad!
“El amor ocupa
el sitio que el conocimiento deja”.
Hay más frases y
tesoros. Este libro es un gran tesoro. Si se siente curiosidad solo
puedo animar a sumergirse en la lectura de esta hermosa novela
histórica sobre la España del siglo XVI, el llamado “Siglo de Oro
español”.
El segundo párrafo
del libro comienza así: “Asentada a mitad de camino entre Madrid y
Toledo, Illescas es población fortificada de perímetro redondo, con
preclaros caserones, un convento de monjas y un hospital y santuario
dedicado a Nuestra Señora de la Caridad que fue fundado por el
cardenal Cisneros. Cinco puertas hay; por la que mira a poniente,
llamada puerta de Ugena, salieron nuestros cuatro hombres con sus
caballos, sus aves y sus perros, atravesaron un viejo arco de rojo
ladrillo abierto en la muralla......”
En este caso, la
sensación que se me vino al comenzar esta lectura fue vivir algo muy
cotidiano. Casi todos los días paso por ese arco, el de la puerta de
Ugena, para ir al gimnasio y en otros momentos para salir a caminar
por los caminos en dirección hacia el pueblo de Ugena.
¡Queridas amigas
no puedo hacer otra cosa que pensar en esos momentos que compartimos!
Con mis mejores
deseos con el pensamiento, la palabra y el corazón.
Lucía.
***** Escrito al
final del día 19 de agosto de 2015, minutos antes de comenzar el
día 20.
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